miércoles, 1 de mayo de 2013

Tech for All


Teach for All

Lo que cuenta es el compromiso con la mejora de la clase, la ambición y aprender de la experiencia

Cultura | 01/05/2013 - 03:31h | Actualizada a las 09:41h

Ante el fracaso escolar, el proyecto internacional Teach for All aporta su experiencia dirigida a los alumnos más desfavorecidos, apostando por el compromiso de los profesores y la confianza en la capacidad de mejora de los alumnos

Teach for All
Portada del suplemento Cultura|s del miércoles 1 de mayo de 2013 LVE
El autor
  • Gregorio Luri (Azagra, Navarra, 1955) es maestro, licenciado en Pedagogía y doctor en Filosofía. Autor de diversos ensayos sobre filosofía y pedagogía, entre otros, La escuela contra el mundo (2008) y El valor del esfuerzo(2012)

    TEACH FOR ALL es un proyecto internacional que inició sus actividades en Estados Unidos y que actualmente desarrolla proyectos en más de veinte países, de Australia a Argentina, India, China o diversos países europeos como Austria, Bulgaria o el Reino Unido.
    www.teachforall.org

    La sección española de Teach for All, que es independiente y tiene su propia personalidad, se llama Empieza por Educar y lleva tres años trabajando intensamente en Barcelona y Madrid.
    www.empiezaporeducar.org





En el transcurso de un debate sobre los problemas educativos de los Estados Unidos que tuvo lugar en la Universidad de Princeton, Wendy Kopp tuvo una idea a la que dio forma en su tesis doctoral y puso en práctica en 1989 con el nombre de Teach for America. A muchos les parecía un proyecto bien intencionado pero ingenuo. A Wendy Kopp simplemente le pareció que ya estaba bien de lamentarse sobre los problemas educativos de los niños pobres. Le parecía claro que para romper la relación entre pobreza económica y fracaso escolar se necesitaban cambios sistémicos, a largo plazo, pero mientras esos cambios tenían lugar, ¿era moralmente aceptable cruzarse de brazos ante los niños que el sistema escolar deja en la estacada? Había que intervenir de manera efectiva y urgente a favor de estos niños, pero haciéndolo de tal manera que esta intervención tuviera repercusiones sociales profundas a largo plazo. Este es el proyecto de Teach for America.

Para la actuación de urgencia, acudió a las universidades del país en busca de licenciados con un brillante expediente académico a los que les resultase moralmente estimulante dedicar intensamente dos años de su vida a trabajar en las escuelas con peores resultados. Pero Wendy Kopp les exigió algo más: que fuese cual fuese la posición que ocupasen profesionalmente en el futuro mantuvieran siempre firme su compromiso con una escuela de calidad para todos. Se proponía ir creando redes de complicidades sociales que fueran contribuyendo a un cambio profundo en la mentalidad educativa colectiva.

A la primera convocatoria respondieron 2.500 candidatos, de los que se seleccionaron 500. Teach for America organizó un cursillo de verano para su formación y en septiembre los envió a las escuelas. El 30% no resistió los dos años. El romanticismo desarmado está mal preparado para resistir los embates de la realidad. Algunos pedagogos confesaron públicamente sus reticencias con el proyecto, alegando que no se debía enviar jóvenes inexpertos formados apresuradamente a escuelas de riesgo. Aquello era suicida. Sin embargo, en muchas escuelas supieron apreciar la energía y el entusiasmo de sus voluntarios, entre los cuales algunos no tardaron en destacar por su entrega y capacidad de liderazgo. Teach for America comenzó a poner en práctica su principal virtud, que es su enorme capacidad para aprender de la experiencia que el mismo proyecto incentiva.

Aquel primer año aprendieron, entre otras cosas, que la selección de los candidatos debía ser muy estricta. Habían descubierto que para paliar la desigualdad educativa lo único imprescindible era proporcionar a los niños profesores convencidos de sus posibilidades y dispuestos a luchar a brazo partido por sacar a todos sus alumnos adelante. A todos. Pero a pesar de las dificultades iniciales pronto se hizo evidente que había motivos para la esperanza. En las siguientes convocatorias se incrementó el número de aspirantes. En el 2013, Teach for America ha recibido 57.000 solicitudes, número que habla por sí solo de la relevancia del proyecto. Uno de cada tres participantes continúa dedicándose a la enseñanza al concluir sus dos años de compromiso. 550 ejercen hoy de directores de centros educativos. Algunos de ellos han fundado proyectos escolares ambiciosos que desarrollan las ideas de Teach for America en nuevas direcciones.

En el año 2002 Brett Wigdortz adoptó, y adaptó, en Inglaterra el proyecto de Teach for America con el nombre de Teach First. Él y Wendy Kopp crearon el año 2007 Teach for All, una red global de iniciativas independientes pero unidas por su compromiso con la equidad educativa en sus países y con el intercambio global de información sobre sus experiencias. A día de hoy está presente en 26 países y su éxito está fuera de toda duda. En su primer año de vida, Enseña por Colombia recibió mil solicitudes para cubrir 28 plazas. En España, para las mismas plazas se triplicó este número. En el Reino Unido, Teach First supera los 5.000 candidatos anuales.

Hace unos años era difícil imaginar a un licenciado de Oxford o Harvard trabajando de maestro en una escuela marginal. En el 2011 un 10 por ciento de los graduados en Oxford y Cambridge presentaron sus candidaturas a Teach First. El 18 por ciento de los graduados en Harvard las presentó a Teach for America.

Los seleccionados reciben una formación inicial intensiva de varias semanas de duración antes de pasar directamente al aula. En cada país este cursillo se organiza de acuerdo con sus recursos y necesidades. Los críticos con esta idea defienden que no hay alternativa a la licenciatura universitaria, pero parece evidente que subestiman el potencial creativo que surge de la combinación de talento, compromiso, pasión y voluntad de aprender de la experiencia. He sido testigo directo de la intensidad del debate pedagógico del Instituto de Verano organizado por Empieza por Educar (versión española de Teach for All) en un barrio obrero de Madrid. Su duración es de seis semanas, pero hay una semana más optativa. Por la mañana los candidatos seleccionados dan clase a grupos de alumnos de ESO con asignaturas pendientes y por la tarde, y hasta altas horas de la noche, reciben formación, preparan clases y debaten apasionadamente sus experiencias guiados por tutores con las ideas muy claras: no hay que desaprovechar ni un minuto de clase, no hay situación que no se pueda mejorar, todos los niños tienen derecho a una educación excelente y es posible dársela, todos pueden ser dueños de su futuro con el apoyo necesario, todo ha de ser evaluado, la perseverancia y el compañerismo van de la mano.

¿Salen bien formados de este cursillo? Lo menos que puede decirse es que los profesores de Teach for All no son peores que los que siguen una carrera universitaria de cuatro años. ¡Que cada cual extraiga las consecuencias pertinentes! En el Reino Unido el Summer Institute ha sido evaluado por la inspección de enseñanza. Sus informes resaltan el gran dominio de las asignaturas por parte de los participantes y su capacidad para actuar comprometidos con su trabajo desde el primer día de escuela. Pero el Instituto de Verano es sólo el comienzo de una formación que continúa de manera intensa a lo largo de los dos años de actividad docente. Cada participante sabe que contará siempre con el soporte de sus compañeros. Resalto que entre ellos la practica reflexiva es un hábito. Cuentan también en cada centro con un profesor-mentor. Aunque disponen de material didáctico que les ayuda a organizar las clases, aquí no hay otro dogma que la necesidad de crear altas expectativas en los alumnos... y no defraudarlas. Lo que cuenta es el compromiso con la mejora de la clase, la ambición, la necesidad de aprender de la experiencia y la voluntad de mantener viva la memoria de estos dos años.

Un estudio de la Universidad de Manchester reconoce que cuantos más profesores de Teach First hay en una escuela, mayor es la mejora de los alumnos. En Chile, que fue el primer país latinoamericano en adaptar el modelo, los resultados han sido evaluados por el Banco Interamericano del Desarrollo, que concluye que los estudiantes que tuvieron profesores de Enseña Chile mejoraron de manera notable sus resultados académicos, su autoestima y sus habilidades sociales, siendo su progreso mayor que el del resto de los niños.

Actualmente Teach for All continúa interrogando a su práctica con la misma ambición que el primer día. Las palabras que más oye el curioso que se dedica a huronear entre sus miembros son "transformacional" y "sistémico". Saben que no hay suficiente con mejorar puntualmente los conocimientos de un alumno. Los cambios que realmente cuentan son los de trayectoria, los capaces de imprimir un nuevo rumbo a su vida, ayudándole a hacerse cargo de ella de manera irreversible. Para ello necesita estudiar en escuelas transformacionales con maestros transformacionales que, a su vez, cuenten con una complicidad social... transformacional. Debe cambiar algo más que el aula para que mejore irreversiblemente la calidad del interior del aula. Pero los niños que se están quedando postergados hoy no pueden esperar a que todo cambie para salir de la miseria.

Muchas cosas han pasado desde aquel día de 1988 en que Wendy Kopp imaginó Teach for America, pero en su despacho continúa el mismo cartel que colgó el primer día que lo ocupó: "Un día todos los niños de esta nación tendrán a su alcance una educación excelente".

Teach for All no es ajeno a las críticas. Y está bien que así sea. Pero tampoco debiéramos serlo cuantos convivimos con la conciencia tranquila con unos porcentajes de escándalo de fracaso escolar.

Tras pasar sus dos años con Teach for America, Megan Brousseau trabajó de profesora de biología en Morrisania, un barrio del South Bronx al que el presidente Carter se refirió una vez como el peor suburbio de América. El primer día de clase, en otoño del 2008, pidió a sus alumnos que fueran puntuales, educados y atentos. Y escribió un lema en la pizarra: "Tus elecciones + Tus acciones = Tu futuro. Elige tu futuro". De esto se trata.


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